Con la cuarta edición del Festival del Oso de Anteojos, el municipio de Jericó acogió una de las conversaciones sobre biodiversidad más importantes de la subregión. Desde el 31 de mayo y hasta el 2 de junio de 2019, científicos, artistas, divulgadores y diversas organizaciones ambientales de Antioquia hablaron sobre por qué es importante concentrar esfuerzos para la conservación biológica de especies como el oso de anteojos en un contexto en el que crecen, cada vez más, los impactos ambientales.
¿Por qué proteger los corredores biológicos del oso de anteojos y otras especies? ¿Cómo responder a este S.O.S ambiental? ¿Cómo habitamos el territorio con otras especies?
El 4 Festival del Oso de Anteojos hace parte del programa Abrazando montañas, una de las estrategias de la Corporación Gaia para la consolidación del Corredor biológico del oso de anteojos en el suroeste y occidente de Antioquia. En sus ediciones anteriores y desde el año 2016 este Festival ha recorrido los municipios de Jardín, Urrao y Támesis. Estos pueblos tienen en común un complejo contexto socioambiental atravesado por proyectos de minería a gran escala y modelos agroindustriales basados en la ganadería expansiva y agricultura intensiva. Pero así mismo comparten la defensa del territorio en la concreción de movimientos ciudadanos por la protección del ambiente.
«Queremos garantizar que nuestras montañas y nuestros bosques sean protegidos y sean espacios siempre para la conservación, que conozcamos los límites de nuestras actividades y desarrollos agropecuarios y agrícolas y el respeto por las fronteras del hábitat del oso de anteojos y otras especies», dijo Jorge Pérez, alcalde de Jericó, sobre uno de los objetos de apoyar este Festival desde la administración municipal y quien además nos contó que este evento se da a propósito de la coyuntura por la que atraviesa el municipio con la empresa minera Quebradona Colombia SA, filial de la multinacional AngloGold Ashanti.
Para Marcela Ruiz, coordinadora de la línea ambiental de la corporación Gaia, el Festival «es una oportunidad para que la defensa del territorio que está haciendo Jericó además venga acompañada de acciones de conservación en el territorio. Por eso venir a Jericó con el Festival e involucrarlo en el corredor hace parte de una acción para promover la conservación de sus bosques».
En esta misma vía, el coordinador de la Mesa Ambiental de Jericó, Fernando Jaramillo, expresa que este Festival se vincula con «la resistencia y la defensa del patrimonio ecológico y cultural que está haciendo la población de este municipio frente a procesos de extracción no solo minera sino también maderera». Fernando además advierte que algunas áreas del Corredor biológico del oso de anteojos, y de otras especies, tendrían una afectación directa por el proceso de explotación minera que tendría planeado la multinacional.
El siguiente es uno de los avistamientos del oso de anteojos en el municipio de Jericó en la zona de El Comino, colindante con la reserva del Requintadero y el Sendero Río Frío en Quebradona Arriba (La Coqueta).
El corredor del osos de anteojos en el suroeste y occidente de Antioquia
Este corredor es fundamental para la conexión de las poblaciones de osos de anteojos que se distribuyen en la Cordillera Occidental desde los departamentos de Risaralda, Caldas, Chocó y el suroeste y occidente de Antioquia que comprende los núcleos Parque Nacional Natural Orquídeas y el Complejo de páramos Frontino-Urrao. Esto no solo porque conecta ecosistemas sino porque además permite la continuidad de procesos ecológicos y evolutivos, así como la provisión de servicios ecosistémicos fundamentales para la adaptación a los cambios ambientales y el desarrollo regional, según la corporación Gaia.
Elementos como la fragmentación de los bosques, proyectos viales, hidroeléctricos y mineros, la apertura de pastizales para la ganadería y el incremento de monocultivos hacen parte de las actividades antrópicas que interrumpen y cortan la continuidad de los corredores biológicos. Sobre el corredor del oso anteojos hay varias de estas interrupciones, por ejemplo la vía Medellín - Quibdó en la zona del Carmen de Atrato y Ciudad Bolívar.
Jericó y Támesis son los municipios que presentan la deforestación más alta del Suroeste de Antioquia. Entre las presiones y amenazas de corredor biológico del oso de anteojos que identificó la corporación Gaia se encuentran la degradación de bosques: entre 1990 y 2015 se registró una deforestación o degradación promedio del 15,6% de los bosques en los municipios del corredor. Los municipios que registraron mayor porcentaje son Jericó (100%), Támesis (100%), Betania (50%), Andes (36,7%), Betulia (27,3%) y Frontino (18,7%). Adicionalemente está la pérdida de bosques en las áreas protegidas: entre 1990 y 2015 se registró una pérdida de 7325 hectáreas de bosques dentro de 6 áreas protegidas en el corredor biológico, es decir, que es como haber perdido toda el área del DMI Cerro Plateado Alto de San José.
Para la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), un corredor biológico es un «área de hábitat adecuado, o que está siendo restaurado que conecta dos o más áreas protegidas (o que conecta hábitats importantes no protegidos) que permite el intercambio de especies, migraciones, intercambio de genes, etc».

Los servicios ecosistémicos que en particular ofrece el Corredor biológico del oso de anteojos son, según la corporación Gaia, una oferta hídrica de 149.085 l/s que abastecen una demanda de 160 l/s, destinada principalmente a uso agrícola y agroindustrial (43%), generación de energía e industria (40%); uso doméstico (11%), acuicultura y piscicultura (5,66%); y turismo (0,01%.). Captura de carbono: 5.988.774 toneladas de CO2 almacenadas entre el 2015 y el 2035. Regulación y resiliencia climática frente a incrementos de precipitación entre el 11% y el 40% según proyecciones del IDEAM para el 2100. Recreación y cultura: paisaje cultural cafetero en el Suroeste y Occidente de Antioquia, y amplio crecimiento del turismo de naturaleza. Polinización del café: la polinización llevada a cabo por las abejas para los cultivos cercanos a los bosques representa un valor aproximado de 361 dólares por hectárea.

Mapa del corredor biológico del oso de anteojos en el suroeste y occidente de Antioquia. Fuente: Corporación Gaia.
Por esto los corredores biológicos deben garantizar el tránsito de especies silvestres y es vital la unión de esfuerzos científicos, institucionales, culturales y ciudadanos para fortalecer procesos de protección y conservación de la biodiversidad. «Hago parte de una forma de hacer investigación que se nutre de la interdisciplinariedad y trata de involucrar a las ciencias sociales, la ciencias biológicas, la ecología, los sistemas de información geográficos y la antropología. Tratamos de abordar el corredor desde esas disciplinas porque entendemos que parte del tema pasa por el manejo socioambiental del territorio y nos encontramos con que ya no hay áreas naturales porque a cualquier parte a la que vayás, por más monte que te encontrés, vas a encontrar la huella humana», dice Héctor Restrepo, biólogo y creador de las bases científicas del corredor biológico del oso de anteojos.
Uno de los problemas más frecuentes es la cacería reactiva porque algunos osos de anteojos se comen los cultivos, especialmente de maíz. A continuación, presentamos una infografía para conocer mejor al oso de anteojos.
Narrativas del territorio
¿Cuáles son las posturas que las disciplinas artísticas deberían asumir ante la crisis ambiental? Esta es una de las preguntas que abrió la conversación inaugural del Festival titulada De farallón a farallones, narrativas del territorio en la que tres expositores hablaron de biodiversidad, ambiente y cultura a través de la literatura, las artes gráficas y la música.

Stella Girón, docente e investigadora de la Facultad de Comunicaciones de la Universidad de Antioquia. Foto: Laura Henao.
Por un lado, Stella Girón, docente e investigadora de la Facultad de Comunicaciones de la Universidad de Antioquia, expuso el proyecto Memorias y archivos literarios. Literaturas y culturas de Antioquia que, bajo la pregunta ¿Cuáles son las literaturas que abordan el paisaje, la naturaleza y el ambiente en el Suroeste de Antioquia?, detalló algunos aportes de escritores antioqueños en el abordaje de temas ambientales sobre todo en Amagá, Fredonia, Jardín y Jericó. Para Stella, “el trabajo de la escritura y su relación con la naturaleza se encuentran en la medida en la que se aboga por la permanencia del hombre y su expresión estética como una forma de mantener la vida”. Parte de esa tradición escritura, dice, se refleja en el siguiente pasaje de Manuel Mejía Vallejo: “Nacer es nacer en un lugar, tener destinado un sitio de residencia. En este sentido el lugar de nacimiento es constitutivo de la identidad individual”.

Por otra parte, el cantautor jericoano Carlos Andrés Restrepo y docente del conservatorio de la Universidad de Antioquia, hizo un recorrido por los ritmos autóctonos, los impuestos y los recreados. Habló sobre cómo “tenemos vergüenza de aceptar un territorio sonoro” que hable del campo y de los grillos y de lo montañero y llevó una guacharaca o “pájaro que hace bulla” para hablar de música y territorio. Para Carlos Andrés, el aporte de la música a la conservación de la biodiversidad está en la creación de memoria. Hizo un llamado a hacer arte con memoria, a que el campesino narre y a pensar en las narrativas contemporáneas. Además se preguntó: ¿Qué resistencia y qué denuncia debe seguir ocurriendo para que esa memoria se siga expandiendo y no se anule? Por esto, concluye, “no podemos pensar que la responsabilidad es del abuelo¨.

Magaby Cabreiro, artista plástica. Foto: Laura Henao.
Finalmente, la artista plástica y especialista en grabado, Magaby Cabreiro, a través de su obra Paramus Vitalis, hizo una invitación a una inmersión gráfica por la fragilidad de los ecosistemas paramunos.
Este evento fue organizado por la Corporación Gaia y la Alcaldía de Jericó con el apoyo de Corantioquia, Corpourabá, Área Metropolitana, Parques Nacionales de Colombia, Universidad Pontificia Bolivariana, el Jardín Botánico de Medellín, entre otros.