Historias de hielo, ciencia y un continente en exploración: entrevista a Ángela Posada Swafford

Ángela Posada-Swafford es una de las pocas personas que hace periodismo de ciencia en Colombia. Sea en artículos de difusión masiva para la revista Muy Interesante, textos especializados para New Scientist, sus recurrentes especiales en El Tiempo o su serie de libros infantiles para promover la ciencia, Posada ha construido una vida en la convicción de que la ciencia es un derecho. O mejor, que es literatura. Cuando se describe a sí misma, escribe: ‘Creo que la ciencia, el trabajo de los científicos, debe contarse como un cuento’.

Jácom: ¿Cómo se convirtió en periodista científica?

Ángela Posada: Quise convertirme en ambientalista, pero todavía no estaba convencida. Entonces acabé estudiando idiomas. Me hubiese gustado biología marina, pero en ese momento en Colombia todavía no había una visión de dónde trabajar. Mi papá me decía: “lo que tu quieras, pero, ¿de qué vas a vivir corazón? ¿de bucear?

A la Universidad de los Andes, donde estudiaba, fue Jacques Cousteau. Yo era la monitora de Mauricio Obregón, quien en ese momento era el rector de la universidad. Mauricio me dijo que Cousteau iba a venir y yo casi me muero. Era mi héroe. Fue como si a un pintor le presentaran a Miguel Ángel. El tipo me puso las manos en los hombros y me dijo:“¿Usted qué es lo que quiere hacer en la vida?”, y yo le contesté: “yo quiero ser usted”.

Me dijo que tenía que estudiar. “Usted no puede irse a bucear como una pendeja, porque va a terminar poniendo una escuela de buceo”.  Así sea para comunicar la ciencia. Siguiendo su consejo, acabé estudiando periodismo editorial en la Universidad de Kansas.

J: ¿Cuáles fueron sus primeros trabajos?

AP: En Estados Unidos empecé una búsqueda sobre como iba a vivir. Pero como me dice mi papá: “Te mandé por un máster y volviste con un míster.” Porque volví con mi marido gringo de la universidad. Me quedé en Miami y traté de hacer periodismo científico en el New Herald. ¡Me dijeron que lo que podía hacer era ser editora de cocina! Y a mí se me quema el agua. Antes de eso, recién graduada y con un máster, archivaba las fotos y los crucigramas. Pero tenía que comer.

Empecé a poner toda la ciencia que usted quiera en las recetas con espinaca de la página 50: alimentos genéticamente modificados, historia de la cocina, historia del arte en la cocina. ¡Y gané premios, pa que vea!

J: ¿Cómo hizo para llegar de allá a escribir tiempo completo de ciencia?

AP: En Colombia teníamos todavía el pico en el ombligo. Pero yo me ponía en los zapatos de un editor. Entonces trataba de ofrecerles cosas irresistibles. Después me gané una beca Knight: una cosa del carajo con todo pago para ir a Boston, simplemente a sentarse en clases de ciencia en el MIT. Y punto. ¡Ahí sí fue!

Aprendí a detectar tendencias: qué viene en materia de genética, qué viene en materia oscura. Fui a la Nasa, al acelerador de partículas, a la Antártida. Fui la primera periodista hispana invitada por el gobierno gringo al Polo Sur.  Nunca nadie de América Latina, me decían los gringos, había mostrado el menor interés en la Antártida desde el punto de vista hispano.

En esas el almirante de la armada colombiana, me leyó y me dijo: “mamita, la contrato para que sea la bloguera de la marina en la Antártida”. Fui como a tres viajes. Luego estuve con otra expedición colombiana, ahí van cuatro viajes. Después me pregunté cómo entender la Antártida desde el punto de vista de un turista, entonces hice un acuerdo con una empresa canadiense que lleva turistas ricachones, para viajar a la Antártida en uno de sus cruceros. Mi último viaje fue genial, sobrevolando la Antártida en el avión de la Nasa, que fue una cosa importantísima…¡pero es que yo cuando jodo! En mi casa dicen que seco hasta una mata de papaya.

J: ¿qué tipo de ética sigue usted a la hora de informar en ciencia?

AP: Creo que la ciencia es tan complicada. En el periodismo uno tiene la responsabilidad de asegurarse que esa ciencia que uno esta informando es correcta. Y los periodistas necesitan la noticia. Entonces el reportero que no sabe empuja la noticia un poco más de lo que es. El coronavirus, por ejemplo, no es un virus para jalarse los pelos del susto. Tenemos que tener cuidado con la forma en que trasmitimos esta noticia. Y usar el conocimiento científico para decirle a los países: ‘okey china, ¿usted que medidas esta imponiendo para que la gente no viaje? Para preguntarle a los científicos de Washington: ¿ustedes ya están trabajando en una vacuna? Y a los políticos.

J: ¿cuál es la ruta que le sugiere a los que quieren formarse en periodismo de ciencia en Colombia? ¿se debe estudiar una carrera científica?

AP: El periodismo en el mundo entero esta atravesando dificultades.  Fácilmente el 70% de mis colegas en periodismo científico en Estados Unidos han perdido su trabajo.

Pero siempre va a haber necesidad e interés de información científica. La cosa es quién está haciendo esa información ahora: los blogueros, las redes sociales. Se ha democratizado mucho. El problema de estudiar alguna cosa en ciencia es que la ciencia es muy puntual. Si te gustan los pájaros no basta con estudiarlos en general, ¡hay que estudiar el cartílago no-sé-qué del ala derecha de tal especie!

En últimas hay que pensar en cómo llegarle a la gente en esta nueva era de la información. Yo me he tenido que reinventar como Madonna. Como soy freelancer tengo que vivir pensando en poder pagar la hipoteca. Ahora estoy empezando a hablar de la diplomancia de la ciencia: cómo informar a los hacedores de leyes. Entonces estoy dictando charlas en las embajadas de Colombia en todo el mundo. Porque resulta que la diplomancia de la ciencia es más que un cañón: puede resolver guerras.

J: ¿Por ejemplo?

AP: La Antártida. Por ahora es una maravilla, pero con el deshielo se están empezando a descubrir zonas rocosas llenas de minerales. El tratado la protege hasta el 2048, cuando hay que volver a ratificar, pero es como la luna y le pertenece a todo el mundo. Cuando los veo hablando, parece que todos tuvieran los codos sobre la mesa, buscando qué me va a tocar de ese ponqué. Estos países hermanos nuestros, Perú y Ecuador, llevan 25 años yendo a la Antártida. Tienen buques exploradores polares, estaciones antárticas divinas. Se han dado cuenta de la importancia táctica, diplomática y científica del continente.

Si como colombianos no ponemos un pie en la Antártida, es como si fuéramos Bolivia: vamos a quedar sin acceso al mar. Y si no ponemos un satélite, nos vamos a quedar sin acceso a ese nuevo océano que es el espacio.

Ana Ochoa y Ángela Posada Swafford. Hay Festival Jericó 2020.

Cómo circula la producción en un sistema de policultivos

Este es el mapa muestra los flujos de producción al interior de la fina de Reinaldo Molina quien ha creado todo un sistema de policultivos familiares que le permite tanto conseguir la alimentación para su propia famila, sostener las demandas productivas de la finca y así mismo vender parte de sus cultivos o preparaciones.

¿Por qué narrar las semillas nativas?

Las semillas nativas son un componente fundamental no solo de procesos ecológicos sino que también hacen parte vital de la cultura de los pueblos. La “Libertad de cambio, trueque de semillas y animales como reflejo de las relaciones culturales y ambientales entre campesinos, indígenas y afrodescendientes” está contemplada como uno de los atributos a las relaciones sociales y culturales fundamentadas en el principio de la ética y hace parte del enfoque agroecológico de la agricultura familiar (Schneider, 2014).

Sin embargo, en la legislación nacional existe toda una normativa que pone en tensión los derechos de propiedad intelectual de material genético con una práctica cultural y milenaria que es la base de la soberanía alimentaria de las poblaciones.

Para el agrónomo del Jardín Botánico de Medellín, Carlos Mario Orozco Castañeda, “el contrasentido es desde las autoridades, que pretenden imponer una norma que obedece a intereses de multinacionales, porque los tratados de libre comercio van ligados a quién maneja las semillas; porque quien maneja las semillas, dicho escuetamente, maneja uno de los insumos más importantes de la agricultura. Quien lo maneja tiene un gran poder. Es muy, muy importante por la soberanía alimentaria, por la supervivencia de las culturas, por la conservación de biodiversidad y por toda una serie de prácticas ancestrales que hacen que este mundo sea más rico”.

Esta opinión es compartida por Sara Márquez Girón, directora de la Seccional Suroeste de la Universidad de Antioquia y doctora en agroecología: “es una total injusticia. El apoyo gubernamental está es con las multinacionales y no con los productores y los que conservan semillas nativas lo tienen que hacer casi a escondidas. Es una actividad muy clandestina, lamentablemente. En el entorno tradicional priman otros criterios para que eso se pueda hacer, como seleccionar las mejores plantas”.

¿Por qué la recolección de semillas nativas es una práctica de resiliencia socioecológica?

Para Carlos, “en lo social, porque son prácticas ancestrales que no me pueden negar y es una parte que se promueve, por ejemplo, desde la resistencia civil que cuando yo no estoy de acuerdo con una norma porque va en contra de los derechos, es un ejercicio político, económico, cultural, de la agricultura para la vida. Es la capacidad de los pueblos que tienen para adaptarse a los cambios culturales. Aquí la ética se pone en tensión con las leyes del mercado. Esto hace parte de la resiliencia, de la capacidad de adaptación de esta gente. Preservar semillas, conservar y que se intercambien las semillas”.

En ese sentido, este trabajo de investigación reivindica la recolección de semillas de árboles nativos a través de la historia de Francisco Restrepo y la documentación de su oficio y sus prácticas y espera que sea un documento que a partir de la divulgación pueda ser una base para la réplica de esta práctica agroecológica.


Normativa sobre semillas en Colombia:

Resolución 970 derogada por Resolución 3168 del ICA – 2015 que “reglamenta y controla la producción, importación y exportación de semillas producto del mejoramiento genético para la comercialización y siembra en el país, así como el registro de las unidades de evaluación agronómica y/o unidades de investigación y fitomejoramiento”. Además de los Convenios internacionales con la Unión Internacional para la Protección de las Obtenciones Vegetales UPOV 78 y UPOV 91, este último derogado por la Corte Constitucional).

Referencias

Schneider, F. (2014). Criterios generales para la agricultura familiar. Unidad de Planificación Rural Agropecuaria (UPRA). Bogotá, Colombia.

Editorial

Como todo pueblo con herencia española, la fundación se inicia en una plaza central con la obligatoria custodiada de un templo; no es la excepción para Jericó, cuya iglesia principal se engalana con el nombre de catedral y es quizás lo que el viajero identifica primero desde que a lo lejos divisa este pueblo de historias, de cultura y de una sin igual belleza que te enamora inmediatamente.

Fue el amor que genera este pueblo de sonidos, olores, sabores e historias, el que permitió pensar que era necesario partir desde allí llevando toda esta riqueza para mostrar en una revista digital el tesoro que en Jericó se esconde y que ha permitido llamarla la Atenas del suroeste.

Era necesario partir de esas calles adornadas con casas bucólicas que fanfarronean con hermosos colores y se enorgullecen porque algunas muy altaneras cuentan historias de más de 160 años y siguen ahí esperando a lo mejor contarte una historia y seguir pensando que al tiempo se le hizo tarde pasar por sus calles.

Con esa magia nace Jacom La Revista, pensando en mostrar, enaltecer, promocionar, destacar, premiar y promover a nivel nacional e internacional la cultura que no solamente de santos es fecunda esta tierra sino también que santos son sus sabores guardados en la memoria cuando se recuerda la danza de una Luisa en el paladar.

Para Jacom La Revista es muy importante descubrir, investigar y demostrar que lo que para muchos es normal para el resto del mundo es un tesoro invaluable de cultura. Para Jacom La Revista es de crucial importancia fomentar el cultivo de las letras, del arte fotográfico, del dibujo y de la ciencia comunicativa que permite mostrar a un mundo lejano la existencia de un nido de amores que se hace realidad cuando lo visitan.

Jacom La Revista es una publicación digital, es un medio de promoción y comunicación, es una marca que se establece para asegurar identidad, para generar conocimiento, para lucir, para engalanar, pero lo más importante para rendir homenaje perenne a esta región que se encapricha en ser una de las más hermosas de Colombia.

En nuestro lanzamiento rendimos un homenaje a la poetisa doña Oliva Sossa de Jaramillo, a la dama de los versos que fabricaron sonetos, a la mujer que fue leída por aquel que hoy es lumbrera de la patria Don Jorge Robledo Ortiz, a la mujer que antes que naciera Jacom La Revista, sabíamos que su vida poética seria nuestro principal artículo.

Con Oliva Sossa de Jaramillo engalanando nuestro lanzamiento les presentamos este primer parto que da vida a todas estas páginas en nuestra web que solo buscan la aprobación de ustedes nuestros lectores y el reconocimiento inicial de nuestra marca.

Gracias Colombia por haber parido a Jericó y gracias a usted querido lector por su aprobación.

Páramo del Sol, un recorrido por las altas montañas

Esta es una galería que muestra un recorrido por uno de los más bellos e importantes ecosistemas del suroeste antioqueño. Se trata del Páramo del Sol que está ubicado sobre la Cordillera Occidental entre los municipios de Urrao, Caicedo, Abriaquí y Frontino en Antioquia. Es considerado una de las estrellas hidrográficas más importantes de la Cordillera Occidental en el abastecimiento de agua de los departamentos de Antioquia y Chocó, puesto que allí nacen algunos de los afluentes del los ríos Atrato, Sucio y Cauca. 

Por eso, hemos elaborado una muestra fotográfica de las especies de aves y plantas más importantes que habitan este lugar con la ayuda de Juan Luis Parra y Fernando Alzate Guarín, docentes e investigadores del Instituto de Biología de la Universidad de Antioquia y especialistas en avifauna y plantas de páramo.

Santa Fe de Antioquia | Una tierra dulce

Es conocido por ser uno de los municipios con más carga histórica en Colombia, pues su fundación data desde los tiempos de la Conquista española entre 1537 y 1600. Se le conoce como Ciudad Madre por haber sido uno de los primeros lugares que emprendió la construcción de una serie de bienes y servicios tales como: la primera sede episcopal, una parroquia estable, colegio, hospital, seminario, catedral, basílica menor y centro de historia; algunos de estos edificios aún se conservan y hacen de Santa Fe de Antioquia un lugar en el que se viaja a través del tiempo y la historia de Colombia.

Con una altitud de 550 m.s.n.m., cuenta con un clima que oscila entre los 25°C y los 28°C. Su economía se basa principalmente en la agricultura y el turismo por lo que hay una gran oferta de productos típicos como lo son el café, el maíz, el frijol; además de una gran cantidad de frutas características del clima cálido de la región. El mayor atractivo de este municipio se da en torno a temas arquitectónicos y culturales.

Ruta Medellín – Santa Fe de Antioquia

Gastronomía

Santa Fe de Antioquia es una tierra frutal. El tamarindo y el pistacho son frutos escasos que se cultivan allí. Esto ha hecho que se mantenga una tradición culinaria alrededor de los dulces frutales y de otras frutas como toronja, mamey, icaco, mango y ciruela.

Los tamales, que son típicos en muchas regiones del país, en este municipio tienen la particularidad de un tamaño pequeño y una preparación con hogao y masa hecha con naranja agria y chicharrón molido. Además de este alimento, el plato típico es la bandeja paisa, acompañada de mazamorra pilada y morcilla.

¿Dónde hospedarse?

Hotel Mariscal Robledo | Calle 10 No.9-70

Este hotel de estilo colonial dispone de un jardín tropical con piscina, habitaciones amplias, aire acondicionado y se encuentra en el centro histórico del municipio. Tiene más de 70 años y ha sido testigo de la historia de Antioquia. Abrió sus puertas en 1946 y desde entonces sus huéspedes se han vuelto cronistas viajeros que comparten allí las historias que llevan consigo. Desde 2010, el hotel ha realizado un proceso de restauración y ahora ofrece habitaciones renovadas para la comodidad del huésped, además de espacios colmados de objetos que evocan otros tiempos.

Hostería Tonusco Campestre | Calle 7 con Carrera 7. Barranca 1 El Guali

La Hostería Tonusco Campestre cuenta con 34 cabañas rodeadas de vegetación abundante propicias para el descanso, la recreación y el disfrute en familia. Su ubicación está cerca al río Tonusco y 4 cuadras del parque principal. Además admite mascotas y ofrece wi-fi gratuita y restaurante. Cuenta con piscina al aire libre abierta todo el año, centro de spa y bar.

¿Dónde tomarse un buen café?

Café Canelo | Hotel Mariscal Robledo. Local 6

Este hermoso lugar, enmarcado por enredaderas en su entrada y un diseño de galería, ofrece una carta de bebidas basadas en el café. Son siete métodos de preparación de este producto que impulsa el consumo de cafés tradicionales. Además se pueden encontrar otras elaboraciones como malteadas, repostería y chocolates.

Café Memorias | Carrera 10 No. 10- 55 Barrio centro

El Café Memorias es un café azul que tiene aroma a café, finas hierbas, el dulce de los rollos de canela y lo refrescante del limón. Es un lugar propicio para la lectura.  Ofrece sodas artesanales, frappres y muchas más bebidas frías como cócteles además de postre Napoleón, torta de zanahoria, waffles salados con jamón y queso o waffles dulces con fruta, helado y sirope de chocolate.

¿Dónde desayunar?

Restaurante, Bar y Piscinas Don Roberto | Calle 10 No.7-37, a cuadra y media del parque principal 

Este lugar rodeado de plantas, máquinas de escribir, de moler y de coser y papel de colgadura. Aquí se comparten experiencias de la cocina criolla, con recetas de las abuelas y el sabor de la comida casera. Se trata de una gran casona tradicional antioqueña que además cuenta con una piscina  para menguar el calor de los visitantes.

¿Dónde almorzar?

Portón del Parque | Calle 10 No 11-03. Calle del Medio

Portón del Parque ofrece una carta de pastas, carnes, típicos, pescados, pollos, postres, jugos y livores además de un espacio que asemeja una inmensa galería de pinturas para contemplar.

Restaurante Bar Jumaye. Comida de mar | Centro Comercial La Contaduría en el parque principal

Es un restaurante que ofrece comida de mar: entradas frías, ceviches tipo peruano, entradas calientes, pataconcitos, arepitas gratinadas, langostinos, cazuela de mariscos, trucha, mariscos, bagre, filete de salmón o dorado, filete de róbalo, pollo, postres, cócteles, vinos y licores nacionales e importados.

¿Dónde cenar?

Restaurante Bar La Comedia | Calle 11 No. 8-03

Este restaurante es un lugar que alberga una amplia variedad de experiencias, desde cocina: comida criolla internacional, vinos, tapas y cocteles hasta una interesante programación artística de cine, recitales musicales y exposiciones de las artes gráficas. Además exhibe productos locales de diseño y filigrana.

Sabor Español | Calle 10 No. 12-26 

Este lugar invita a disfrutar de la gastronomía española en un ambiente colonial alrededor de sabores mediterráneos. Allí podrán encontrar siete clases de paella, tortillas, carnes, salteados de ternera, pinchos y entradas de calamares y camarones.

Dulces o postres tradicionales

Son típicos los dulces de tamarindo, achiras, obleas, panderitos, cocadas, bocadillos y otras delicias.

Delicias de la Chinca | Parque de la Chinca y Parque Principal 

Ofrece una variedad de productos de heladería, comidas rápidas y jugos.

Museos

Museo Juan del Corral | Calle de la Amargura 11 No. 9 – 77

El Museo Juan del Corral es la joya de Santa fe de Antioquia. Está lleno de historia y de piezas tan únicas como la mesa de la firma del acta de la independencia de Antioquia. Su colección es de 496 piezas entre las que se encuentran documentos, obras de arte colonial, piezas arqueológicas, elementos de carácter histórico y otros de usos y costumbres, además de herramientas variadas. Cuenta con siete salas: Prehistoria y Conquista; la de Colonia; la de Independencia, su espacio de mayor énfasis; de República, dos salas, con los espacios correspondientes a alcoba y comedor.

Museo de arte religioso Monseñor Toro | Junto a la Iglesia de  Santa Ana o Santa Bárbara

Fue fundado en el año 1969, ocupa una antigua parte del colegio de los Jesuitas. Tiene la colección de arte religioso más grande del departamento, y la tercera en importancia del país. Recientemente inauguró la Sala santa Fe Colonial I que reúne las piezas que evocan los primeros años de existencia de nuestra ciudad y la valiosa colección de platería del museo.

Caminatas ecológicas y deportes extremos

Información tomada de http://www.misantafedeantioquia.com

Santa Fe de Antioquia es un atractivo no solo por sus hermosos paisajes e historia, También es atractivo para practicar deportes extremos como: rafting, paintball y parapente.

Sendereo María Centeno | Carretera que conduce al mar kilómetro 3 

Este sendero actualmente es de arrieros. Allí se realizan actividades turísticas tanto con los arrieros como con los caminantes, donde se disfruta de un bello paisaje y se practica el turismo ecológico.

Río Tonusco (balneario) | Vereda El Espinal  (Tonusco). A 2 km de la cabecera municipal

Este río tiene charcos naturales donde la comunidad realiza  “paseos  de olla”. Cada 6 de enero se realizan concursos de sancocho con grupos musicales y emisoras que van hasta el sitio. Este lugar es muy apropiado para la practicar el agroturismo y disfrutar del paisaje.

El sendero de la Sapera | Vía al mar. A 2 km de la cabecera municipal

Este sendero tiene un camino antiguo. Se realizan actividades con grupos de caminantes para recordar el paso de los ancestros.

El túnel de Juan Blanco | Vereda el Espinal 

Construido a finales del siglo pasado, en noviembre de 1.930,  cuyo fin era pasar el agua del río Tonusco a una acequia,  por debajo de la montaña para riego de un sector de la hacienda Juan Blanco y lograr una buena producción.

Volcán de La Sapera | A 10 Km de la cabecera municipal

Reserva ecológica, sirve para hacer ecoturismo a 10 kilómetros de la ciudad por la antigua carretera al mar.

Salto del Chocho  o de  Sabanas | A 35 Km de la cabecera municipal

Reserva ecológica, ubicada a 3 horas de la ciudad, en vehículo por carretera destapada, más 2 horas por camino de herradura, por la vía a Caicedo. Allí existe además  una caída de agua donde se disfruta de un bello paisaje y se puede practicar el turismo de aventura. El acceso al lugar es difícil y poco concurrido.

Quebrada La Noque | A 20 Km de la cabecera municipal

A esta quebrada se desplazan las familias para realizar actividades deportivas, paseos de olla. Se caracteriza por sus aguas muy frías y albergar espacio para el campismo.

El reino de las apariencias

The Smiling Lombana, de Daniela Abad 

Escrito por Daniel Mateo Vallejo

Mientras compraba mi entrada para ver The Smiling Lombana, una mujer que me seguía en la fila le preguntaba a su acompañante por la directora de esta película: “es de una directora colombiana”, fue todo lo que logró saber antes de ingresar a la sala en donde se proyectaría el segundo largometraje de Daniela Abad Lombana, directora de cine nacida en Torino, Italia, quien estudió en la Escuela Superior de Cine y Audiovisuales de Cataluña. Su filmografía va desde cortometrajes de ficción como Padre nuestro (2015) y La cama (actualmente en postproducción), hasta sus dos largometrajes Carta a una sombra (2015, codirigido con Miguel Salazar, cuyo estreno le otorgó dos premios en el Ficci) y The Smiling Lombana (2018, obra con la que dicho festival inauguró su versión 58). Daniela actualmente reside en Medellín, donde se ha desempeñado también como productora, y junto a la directora Laura Mora y su hermano, el artista visual Pablo Mora, Mirlanda Torres y Manuel Villa conformaron la emergente casa productora La Selva Cine.

Aunque no es nada subestimable la influencia de sus abuelos, Daniela, con sus dos largometrajes documentales (el primero inspirado en la vida y muerte de su abuelo paterno, Héctor Abad Gómez, maestro provida cuya voz fue acallada por opositores a su visión, y el segundo, siguiendo los pasos de su abuelo materno y esa casta de artistas Lombana), toda su filmografía es prueba de que sus apellidos no le hacen sombra cuando de talento se trata, pues su trabajo revela sentido crítico y sensibilidad para transformar su mirada sobre acontecimientos familiares en un espejo en el que ha sabido reflejar muy bien esa sociedad en la que ha crecido; así que hay pues mucho más por qué reconocerla y celebrarla.

Cuando tenía once años, Abad conoció por primera y única vez a su abuelo materno, Tito Lombana, quien en su lecho de muerte, le entregó a ella un sobre que contenía un fajo de dólares; este es el punto de partida de lo que aparentemente es un relato cronológico de la vida y obra de un artista plástico innato, narrado por su nieta; digo aparente, pues a medida que avanza el recuento de los viajes y las personas que llegan a la vida de Tito, capa a capa, se va develando un tema más global que absorbe la historia de este escultor, e incluso la de toda una sociedad y una ciudad desde la década de los setenta: la ambición por las cosas y el éxito a toda costa.

The Smiling Lombana no es solamente la historia de un hombre, ni de una familia, sino que, más bien, indaga acerca de las consecuencias de esa necesidad de ostentar riqueza y poder, sin importar los medios; mal tan arraigado en el espíritu de aquellos hombres impacientes que cimentaron un estilo de vida en nuestro país a través de la mafia y el narcotráfico, el cual rápidamente invadió y se propagó a lo largo y ancho de Colombia, invadiendo hogares y corazones. Este documental es un esfuerzo fallido, tal vez, por encontrar respuestas claras de la enigmática vida de su abuelo, pero sin duda es una pieza contundente y estimulante en la que podemos reflejarnos y pensarnos como sociedad.

Con un material de archivo familiar tan cautivante como el uso de la música y la esponteneidad y fuerza de los testimonios de su abuela Laura y su tía Mónica, Daniela ensambla el seguimiento de la vida de su abuelo, permitiéndonos entender cómo paso a paso, país por país, de familia en familia, al mejor estilo crónico de un Corleone, este hombre fue moldeando su vida y tallando cuidadosamente una doble vida que más adelante, al descubrirse su secreto, le costaría el amor de su esposa, la cercanía de sus hijas e incluso lo privaría de la libertad por más de un año en Estados Unidos.

Daniela Abad ha sabido aprovechar con destreza sus historias familiares que resultan tan inspiradoras, pero crudas y violentas a su vez, por un lado, con el recuento de la vida y trágica muerte de su abuelo Héctor Abad Gómez, a través de su familia; y ahora, este cautivador intento por desenmascarar a esa figura pública que fue Tito Lombana, el hombre que generó grietas y dolor en su familia materna al sobreponer el aprecio por lo material y ese insaciable deseo por el dinero fácil y rápido que el arte no le estaba generando, antes que la tranquilidad y estabilidad con su familia. También ha sabido tomar la distancia justa de los hechos y personajes que han atravesado y marcado su vida, para extraer muchos más matices de lo que pudo ser meramente anecdótico; su mirada a través del documental ha logrado potentes narraciones, y no deja más que expectativa por sus siguientes búsquedas, donde quizá su bagaje familiar quede relevado o un reenfoque inspire nuevas narrativas y diálogos sobre lo bello y trágico, al mismo tiempo, que puede ser crecer y vivir en una ciudad como Medellín; en un país como el nuestro, donde reina el valor de las cosas y la imagen social impoluta sobre la transparencia y la vida misma.